Una calle desconocida. Estrecha, casi un tunel, un pasadizo secreto. Una calle que despierta o que se va a dormir. Un techo de nubes. Infancias de cientos juegan en los rincones. Como fantasmas, los vivos de ahora las traspasan. Las eluden, las acarician, las invocan, las olvidan. La vida, sin embargo, no se detiene. Con un par de restaurantes, la tienda étnica, la naturista, un bar- los adoquines del suelo siguen uniendo los sucesivos mundos en una espiral mágica. Cruzar esta calle es caerse en un agujero negro, como los del espacio, y salir de ahí revestido con los cientos de años que el suelo acumula. Con vida añadida. La vida de los otros en nosotros mismos.
6 comments:
Precios ... Recordo tots els racons del barri. A la ultima trobada amb els de l Homar , semblava una boja mirant un per un tots el detalls,com volent-los capturar per sempre a la meva retina i al meu cor . No fos cas que se m oblidessin ....
De vegades sommio que passejo pel barri...Pero quan em desperto , nomes veig el mar...
Ens veiem aviat!
Veure el mar està molt bé. Jo vec la pluja i els núvols!!!!!!!!!!!!
Ai! Entranyable Horta!
VEIG, perdó.
mmm la vida es...
saludos
Gracias Myself por leerme. Sí, la vida es. En todas sus capas y qué maravilloso es sentirlas y dejar que se filtren en tu biología de hoy.
Realmente precioso. La vida no se detiene de verdad.
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